lunes, 1 de octubre de 2012

La ciudad de tartas (25-09-12)
Había una vez una ciudad de tartas, un niño llamado Abel se comía siempre un montón de tartas. Un día comió tantas tartas que se puso malito de la barriga. Dentro de unos cuantos días se le quitó el dolor y se puso muy contento. Fin.
Autora: Lucía Zarco
El caballero Maix
Había una vez un caballero que siempre después del colegio buscaba aventuras. Un día, vió una aventura chulísima y fue corriendo a buscarla. Eran unos niños rodeados de fuego y de zombis. Maix los salvó a todos. Como le quedaba un rato para que se acabase el día, pues los llevó a todos a su casa. Maix estaba muy cansado. Fin.
Autora: Lucía Zarco
La Monster nueva
Había una vez una Monster que no sabía en que casa vivir hasta que un día encontró una casa muy bonita. Se pensó muy bien si quería vivir en esa casa porque decía que era demasiado bonita y se fue a buscar otra, pero era muy fea. Entonces se fue de ella, se fue corriendo hasta que encontró la casa perfecta: !estaba llena de Monsters¡  y se fue a vivir a ella y vivieron todas juntas. Fin.
Autora. Lucía Zarco

El niño que no le gustaba bañarse: (26-09-12)
Erase una vez un niño que le dijo su mamá: !Oscar, a la ducha¡ y precisamente no le gustó la idea.
Su mamá le dijo: !Venga, Oscar¡
- Es que no me gusta mamá - dijo.
- Te gustará Oscar, confía en mamá. Entonces, mamá llenó la bañera de agua y gel y salió mucha espuma y burbujas y unos cuantos juguetes que a Oscar le gustaban. Y desde aquel día, a Oscar le gustaba bañarse. Fin.
Autora: Elen

El perro (28-09-12)
Había un día un perro que se perdió en el campo y vio a su amigo y jugaron a pilla pilla y se quedaron a dormir cinco días y después se fue a su casa y se duchó y se fue a jugar al fútbol. Fin
Autor: Ángel Simón




Mi pajarita (1-09-12)
La primavera pasada, se cayó de su nido una pequeña gorriona, era tan pequeña que ni siquiera tenía plumas. La recogió mi vecina Lara. Vino a casa para preguntarle a mi mamá que podía darle de comer. Tenía una herida en un párpado y Lara la curó y la cuidó un tiempo, pero como se tenía que ir de viaje, nos la trajo para que la cuidásemos nosotros.
Mi mamá sabe que es una hembra por el color de las plumas, porque los machos son más oscuros.
Le damos de comer alpiste, fruta y pan y le ponemos agua fresca todos los días en el bebedero de su jaula. Pero no está siempre dentro de la jaula, todos los días, le abrimos la puertecita y ella sale volando y recorre toda la casa. Lo que más le gusta es venirse al sofá cuando estamos sentados y se sube a nuestra cabeza y si estamos comiendo algo, viene a picotear si le gusta, tenemos que darle un trocito, porque si nó, se enfada y nos picotea la mano.! Me gusta verla volar¡ Cuando se cansa se queda acurrucada en el hombro de uno  de nosotros y casi se duerme.
A lo mejor un día se va con los pájaros de la calle, pero sólo si ella quiere ¡claro!
Autor: David Sánchez- Fortún

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