lunes, 20 de mayo de 2013

CUENTOS INVENTADOS DEL LUNES 20 DE MAYO DE 2013

La casita encantada: (16-5-13)
Un día me compré una perra y tenía todo, menos una casa. Entonces se la compré y ya tenía todo. Pero descubrí que la casa de mi perra estaba encantada. La tiramos y se nos ocurrió hacer una nueva. La hicimos, la pintamos y... ¡Tachán! Ya habían acabado y su perra ya no tenía su casita encantada y todos vivieron felices. Fin.
Autora: Elen Guillén

La niña: (20-5-13)
La niña se llama Laura y su amiga Silvia. Eran muy buenas y decidieron tener novios y al ir a comprar se enamoraron de ellas dos chicos. El de Silvia se llamaba Alex y el de Laura se llamaba Dani. Cuando se enamoraron las chicas, se dieron un beso en la cara, pero era en el moflete. Fueron con los novios a comprar ropa. Silvia tenía el pelo rubio y los ojos verdes y Laura el pelo marrón claro y los ojos negros. Decidieron casarse y tener hijos. Eran felices y buenas y los novios las querían mucho.
Autora: Silvia González


Curro, el pequeño gorrión: 20-5-13)
Un día Tim iba con sus padres paseando y, de repente, vió que algo caía del tejado. Se acercó corriendo a ver lo que era y vió un pqueño y diminuto gorrión sin apenas plumas y con los ojos todavía cerrados. Al principio, creía que estaba muerto, pero cuando sse acercó más y empezó a silbarle vió que el pequeño gorrión agitaa sus pequeñas plumas, movía sus patitas y abría el pico para recibir alimentos. Tom decidió llevarse al pajarito en una caja de zapatos con agujeros en la tapa y le hizo un nido con algodón. Preparó pan con leche y alimentó al pequeño pajarito que estaba hambriento.
Al día siguiente, fue con sus padres y compró una bonita jaula para el pequeño gorrión, que desde ese momento llamaría Curro.
Pasaban los días y Curro cada vez crecía más y jugaba con Tom todos los días. Cuando Curro empezó a hacer pequeños vuelos, Tom pensó que lo mejor sería dejarlo en libertad. Al día siguiente, Tom abrió la jaula, se despidió de Curro y lo dejó  volar mientras el niño lloraba. Por la tarde, Tom estaba muy triste y, de repente, mientras hacía los deberes, escuchó un pequeño pajarito piar, miró en la jaula y ¡Allí estaba Curro!
Tom lloró de emoción. Y así sucedió todos los días, Curro se iba por la mañana con sus amigos los gorriones y por la tarde volvía a jugar y a dormir con su amigo Tom, que lo había cuidado cuando lo necesitaba.
Autor: Javier Rivas

No hay comentarios:

Publicar un comentario